El hasta ahora Director General, deja su cargo tras seis años trabajando en el Club Deportivo Badajoz.
Álvaro comenzaba haciendo un repaso por su trayectoria en el club, desde que comenzó con el “objetivo de reflotar una cantera que tras la refundación estaba debilitada. Montamos un equipo de trabajo de gente altruista, pero con mucha ilusión y a día de hoy es una cantera referente en Extremadura que está compitiendo con las mejores de España.”
“Durante la época de Premium Sport, que no podemos borrar, trabajé junto a Patxi Salinas en la confección de la plantilla e hicimos un equipo que nos llevó hasta ese primer Playoff de Segunda B que vivimos con tanta ilusión. A raíz de la llegada de Joaquín, él me dio su confianza y asumí la responsabilidad. Han sido años de mucho trabajo, de equivocarnos lo menos posible, de desarrollar un proyecto en el que creemos y que se ha hecho realidad. Nos hemos quedado a un paso de la Segunda A, pero estoy convencido de que, si Joaquín sigue en su línea y le da continuidad el Badajoz, más pronto que tarde, será de Segunda.”
Reconocía que era para él un día triste pero que echando la vista atrás se marchaba “con satisfacción porque creo que hemos construido mucho y bien”.
Sobre su decisión de dejar el cargo, afirmaba que era algo que “tenía decidido en mayo. No es cuestión de ilusión sino de que creo que el proyecto necesita energía y aire fresco. La institución está por encima de todo, por encima de mis intereses personales e incluso profesionales.”
Álvaro Trigo se despedía agradeciendo a sus compañeros de viaje, José Martínez y Miguel Barrado, a Joaquín Parra, con el que negaba que exista mala relación, a su equipo de cantera, al equipo de oficinas, jugadores, cuerpo técnico y trabajadores del club, a las diferentes Instituciones y patrocinadores y por último a la afición.
Aclaraba que los motivos de su marcha no eran económicos, sino cuestión de principios y remataba con la frase a modo de anécdota: “vine en un Clío y me voy en un Clío.”